miércoles, 23 de enero de 2008

Orwell y 1984


El pasado 21 de enero pero de 1950 moría George Orwel, el autor de “Rebelión en la granja” y “1984”. Nació el 25 de junio de 1903 en la colonia británica de la India, su madre era Mabel Limouzin Blair de ascendencia birmana y su padre era Richard Walmsley, un administrador del departamento de opio del gobierno indio. Su nombre real era Eric Arthur Blair, pero se convierte en George Orwel en 1933 para no incomodar a sus padres con sus trabajos literarios. Fue defensor de la Republica española durante la guerra civil española, pero no le dolieron prendas en criticar el control soviético del Partido Comunista de España y las mentiras que usaban como propaganda para la manipulación informativa. Su obra Rebelión en la granja es una alegoría de la corrupción de los ideales socialistas de la Revolución Rusa por Stalin. Y 1984 es una visión profética de una sociedad totalitarista situada supuestamente en un futuro cercano. Es una distopía, una antiutopía, lo contrario de la utopía, donde se describe una sociedad opresiva y cerrada sobre sí misma, bajo el control de un gobierno autoritario. La distopía es el peor de los mundos, la sumisión absoluta y definitiva, el sueño de todo gobernante.
El sistema político presentado por Orwell está encaminado a alienar al individuo, a hacerlo virtualmente incapaz de pensar por sí mismo. Se ejerce un autoritarismo sin límites. No se contempla ninguna institución de participación ciudadana, ni siquiera un parlamento ficticio en el que exista una democracia fingida. No hay que convencer a nadie de las bondades del régimen. Al ser la dictadura perfecta, la opinión pública es irrelevante. Es más: la opinión pública no existe. La única manera de perpetuar un régimen dictatorial como el presentado por Orwell es falseando la realidad, perpetuando la mentira. Para que el sistema funcione, hay que acabar con la disidencia. El crimental es el mayor delito, y para evitarlo hay que terminar con las causas que conducen al mismo. Hay que manipular el pasado, hacerlo inexistente si es necesario. "Quien controla el presente controla el futuro. Quien controla el pasado controla el presente." Este axioma tiene una interpretación evidente: el futuro será de quienes han manipulado el pasado hasta el punto de modelarlo a su antojo. El único pasado existente es aquel que el Partido dispone, y puede cambiarlo a su antojo, los registros históricos se manipulan, y los hechos o personas incómodas para el régimen serán anulados, despojados de su personalidad serán vaporizados, no habrán sido nunca. Un pasado en continuo movimiento genera un futuro inmóvil. Incluso el lenguaje impedirá la disidencia, modelará la mentalidad del ser humano. En poco tiempo el tiempo dejará de existir, el pasado y el futuro dejarán de existir y se vivirá en un eterno presente de reposo absoluto.

Me inquieta la sospecha de que poco a poco Orwell tenga razón. Recomiendo vivamente la lectura de "1984", no como dibujo exacto de lo que puede ocurrir, sino como signo de lo que está por ocurrir, y empieza a ocurrir. Como ejemplo un botón:

"El lenguaje político… está diseñado para hacer que las mentiras suenen veraces y el homicidio respetable"
"Si el líder dice de tal evento , ésto no ocurrió, pues no ocurrió. Si dice que dos y dos son cinco, pues dos y dos son cinco. Esta perspectiva me preocupa mucho más que las bombas."
"Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, imagina una bota aplastando un rostro humano incesantemente."
"No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura."

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