domingo, 13 de enero de 2008

En cuerpo y alma


Manoj Baghel, un sacerdote hindú de 25 años, se suicidó el pasado 24 de diciembre bebiendo veneno tras prometer que resucitaría al tercer día. El pobre hombre, que murió en el hospital tras los esfuerzos por reanimarlo fue llevado a un templo de Raigarh donde una multitud vigilada por la policía espera a que este señor resucite....

Salvo el 28 de diciembre, día de los inocentes, en que una web anunciaba la "resurrección" como inocentada, no hay rastro de milagro.

Esto me recuerda el tema de Rubén Enaje, un filipino de 41 años que murmura "Señor perdóname" mientras le crucifican realmente ante los gritos de terror o admiración de los espectadores. Esto lo hace desde que se cayó desde un andamio de tres pisos sin que se le moviera la raya del peinado. Este señor, carga con una cruz de 20 kilogramos durante 3 km rodeado por flagelantes que se despellejan vivos. Amparo Santos, participa en ésto desde hace 15 años para sentirse más cerca de Dios. Al primero que se le ocurrió crucificarse fue a un tal Artemio Añosa, que decidió hacerlo para obtener el poder de sanar a los demás.

Ningún misionero les explicó a esta gente que el cuerpo es un don de Dios, que una cosa es una ascesis para librarme de un vicio o para subir un escaño en un camino espiritual, pero otra cosa es machacarse vivo. Como Dios me salvó de matarme en un andamio, yo se lo agradezco haciéndome trizas cada Semana Santa...

Esto de sufrir para llegar al cielo no está bien, no está bien llevar el dualismo cuerpo y alma al extremo y afirmar que si quieres salvar el alma debes destrozar el cuerpo. No y No. Cuerpo y alma están unidos, el alma da vida al cuerpo y el cuerpo es el modo de expresión del alma. Un cuerpo sin alma no es una persona completa, y tampoco lo es un alma sin cuerpo. Si queremos salvar el alma, entre otras cosas, hay que cuidar el cuerpo y no someterlo a excesos. El cuerpo no es algo creado por Satán que no deja que el alma ascienda, no podemos separar cuerpo y alma porque las dos son constitutivas de lo que llamamos "persona" y es la persona en cuerpo y alma la que actua en el mundo.

Creo que Manoj Baghel al rechazar temerariamente la vida que Dios le da o los filipinos al rechazar el cuerpo que Dios les da, están consiguiendo el efecto contrario al que sus "piadosas" mentes quieren llevarles.

Sigo esperando la resurrección de Baghel....

No hay comentarios: