sábado, 12 de enero de 2008

Buen morir


Me han recordado en “La rosa de los vientos” a la doctora Elizabeth Kubler-Ross, una pionera en el mundo de lo fronterizo. Impedida en una silla de ruedas durante los últimos años de su vida, y preparada sobradamente para el “viaje”, su cuerpo se negaba a morir. Su última frase fue, “voy a bailar en todas las galaxias”. La doctora Kubler-Ross se graduó en medicina en Zurich, es conocida como médico psiquiatra y por su trabajo sobre la buena muerte, toda su vida profesional giró alrededor de la muerte, es la autora del libro “Sobre la muerte y los moribundos”. Cuando en 1958 comenzó a trabajar en un hospital de Nueva York se horrorizó con el trato que daban a los enfermos terminales, según sus palabras “Eran evitados y abusados, nadie era honesto con ellos”. Ella, empezó a acompañar a los enfermos terminales y les escuchó. Desde entonces dedicó su trabajo a este tema escribiendo libros como “Vivir hasta despedirnos” “Los niños y la muerte” o su autografía “La rueda de la vida”. Recibió más de 20 doctorados honoríficos. En 1995 una apoplejía la dejó paralizada de su lado izquierdo, “soy como un avión que ha salido a la pista y no ha despegado, prefiero volver a la terminal o volar de una vez”.
Describió las diferentes fases por las que atraviesa un enfermo según va llegando a la muerte: negación, ira, negociación con Dios, depresión y aceptación. Ayudó a muchos familiares a encajar la muerte y a enfrentarse a la pérdida de un ser querido, explicó cómo apoyar a un moribundo, lo que debe hacerse y lo que debe evitarse. Reclamó el derecho de una muerte digna, aunque nunca estuvo de acuerdo con la eutanasia.
Al final de su carrera se interesó por las experiencias cercanas a la muerte, sirviendo como inspiración al conocido Doctor Moody. Me refiero a las percepciones del entorno que narran las personas que han estado a punto de morir o que pasan por muerte clínica y sobreviven. Desde las técnicas de resucitación cardiaca dichos testimonios han aumentado. Según estos testimonios que empezó a recopilar la doctora Kubler-Ross, cada ser humano está formado por un cuerpo físico y un ente inmaterial, conciencia, alma (llámalo como quieras). Lo más raro es que las experiencias cercanas a la muerte, y hay trabajos que apuntan en este sentido, no pueden explicarse completamente como alucinaciones. Kubler-Ross sugería que de alguna forma la mente y la conciencia pueden seguir activas después de que el cerebro se apague. Tras años de trabajo con enfermos terminales y miles de moribundos llegó a la conclusión que existe un más allá.Un apunte, si rechazó la eutanasia, entre otras cosas fue por que descubrió que las experiencias cercanas a la muerte de suicidas no eran tan “felices” como las de moribundos que morían naturalmente, digamos “a su hora”. Quizás no sea bueno rechazar la vida.

1 comentario:

QUETEDEN dijo...

Hola.
He visto tu blog en el foro de la rosa de los vientos. Con tu permiso te enlazo al mio (amduat-sg1.blogspot.com), me pasarepor aqui mas veces :)
saludos