domingo, 16 de marzo de 2008

Rezar en gallego


Dos siglos lleva el Estado Liberal, nacido de la sangrienta Revolución Francesa, dictando leyes para hacer efectiva la separación Iglesia-Estado. En Mateo 22, 15-22 y sus paralelos Marcos 12,13-17 y Lucas 20, 21-26 se dice la famosa frase “a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”. Todos entendemos su significado referente a la separación religión-política que nos ocupa en estas líneas. Siempre es el poder político el que dicta la ley para alejar a la Iglesia y poco a poco quitarle el poco espacio público que le queda, y cada ley va junto a una acusación de que “la Iglesia tiene demasiado poder y que hay que acabar con esa cosa llamada Conferencia Episcopal”. Tampoco es nuevo la utilización de la Iglesia para hacerla instrumento de manipulación política al servicio de la “libertad”, algo que a poco que sepamos de historia ya sabemos que hacía el genocida Napoleón. Pero yo creía que estos políticos tan modernos que tenemos en España, quiero decir, Exespaña, eran más modernos que Napoleón y no necesitaban instrumentalizar a la Iglesia. Pues sí, lo necesitan y mucho. Si no, a cuento de qué la Xunta de Galicia lanza una campaña para avisar de cómo ha de imponerse el gallego en todas las fiestas locales de cada aldea. Dado el fervor religioso que inspira los festejos gallegos, la Xunta no tiene más remedio que intervenir en los usos lingüísticos del ritual católico, así se pide que se ponga énfasis para que las liturgias religiosas sean en lengua gallega, también se avisa de que en el momento de la consagración se interprete el Himno Gallego. Ahora que ya se nos había pasado el susto de las misas en latín nos vienen con las misas en gallego. A mí me da igual como se diga misa, cada uno puede hacerlo como lo sienta, en gallego, latín o en lenguaje de signos, pero lo que no puede ser es que desde el poder político se “avise de la conveniencia”, se “recomiende”, “se pide que se ponga énfasis”. Esto se llama injerencia del Estado en la Iglesia. ¿Qué tal sentaría si un obispo, opinase (y no digo avisar ni recomendar) que antes de las reuniones del parlamento gallego se rezase el Padrenuestro? Dirían que la Iglesia debe estar en su sitio, que no debe meterse con cosas que no son de su negociado etc etc, pues eso mismo...... que la Xunta se la envaine con sus recomendaciones.

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