Las Olimpiadas en China están cerca. En la Grecia clásica, este tiempo suponía un paréntesis en los conflictos que se libraban y los días de competición deportiva en honor a los dioses del Olimpo eran las únicas competiciones en las que había que pensar. En las Olimpiadas modernas, la paz y el respeto a los derechos fundamentales de la persona, por lo menos en el país que las celebra y los países que participan, no sólo es esperable sino que debe ser obligatoria, pero sobre todo indiscutible para el país que organiza los festejos y las competiciones.
Este año, como digo, las Olimpiadas están en China y durante estos últimos meses estamos viendo que, en China, de paz y derechos humanos nada de nada.
Últimamente las autoridades chinas han aumentado las restricciones a la libertad de expresión y empresa, y han incrementado sus esfuerzos por controlar el uso de Internet. El gobierno chino sigue con su política represiva de limitación de nacimientos que en muchos casos lleva al aborto y la esterilización forzados. Siguen la represión violenta contra los monjes tibetanos en Lhasa, siguen las detenciones y arrestos de disidentes, se intenta acallar cualquier oposición que pueda molestar al escenario irreal dispuesto para las Olimpiadas, más de 2.500 páginas webs fueron clausuradas y medio centenar de disidentes fueron arrestados después de criticar al gobierno chino por Internet. Se ve perfectamente que China no ha cumplido las promesas adquiridas a cambio de acoger los juegos. Ante estas acusaciones hechas por Estados Unidos, el gobierno Chino ha reaccionado con aquello tan inteligente de “y tú más” y ha listado una serie de violaciones de derechos humanos en Estados Unidos.
La libertad religiosa es un tema a añadir. Solo hay un único editor autorizado a editar la Biblia y ha alcanzado la cifra de 50 millones de ejemplares impresos y subiendo, dato de las ganas que tiene el pueblo chino de verdadera libertad . Los jerarcas chinos simulan gestos de simpatía hacía los responsables católicos pero siguen queriendo mantener la religión dentro de las directrices oficiales.
La persecución religiosa se ha incrementado con respecto al año anterior, las llamadas iglesias hogar siguen siendo acosadas, estos son pequeños grupos de cristianos que se reúnen en viviendas privadas y no siguen las directrices del gobierno en asuntos religiosos. También se ha incrementado el número de arrestos y expulsiones de misioneros cristianos, sin hablar de las injerencias cometidas por el gobierno a la hora de nombrar obispos.
Como vemos China no ha aprovechado la oportunidad para mejorar y sigue siendo un país donde no se vive humanamente, no deberían celebrarse unas olimpiadas en un país como este.
Este año, como digo, las Olimpiadas están en China y durante estos últimos meses estamos viendo que, en China, de paz y derechos humanos nada de nada.
Últimamente las autoridades chinas han aumentado las restricciones a la libertad de expresión y empresa, y han incrementado sus esfuerzos por controlar el uso de Internet. El gobierno chino sigue con su política represiva de limitación de nacimientos que en muchos casos lleva al aborto y la esterilización forzados. Siguen la represión violenta contra los monjes tibetanos en Lhasa, siguen las detenciones y arrestos de disidentes, se intenta acallar cualquier oposición que pueda molestar al escenario irreal dispuesto para las Olimpiadas, más de 2.500 páginas webs fueron clausuradas y medio centenar de disidentes fueron arrestados después de criticar al gobierno chino por Internet. Se ve perfectamente que China no ha cumplido las promesas adquiridas a cambio de acoger los juegos. Ante estas acusaciones hechas por Estados Unidos, el gobierno Chino ha reaccionado con aquello tan inteligente de “y tú más” y ha listado una serie de violaciones de derechos humanos en Estados Unidos.
La libertad religiosa es un tema a añadir. Solo hay un único editor autorizado a editar la Biblia y ha alcanzado la cifra de 50 millones de ejemplares impresos y subiendo, dato de las ganas que tiene el pueblo chino de verdadera libertad . Los jerarcas chinos simulan gestos de simpatía hacía los responsables católicos pero siguen queriendo mantener la religión dentro de las directrices oficiales.
La persecución religiosa se ha incrementado con respecto al año anterior, las llamadas iglesias hogar siguen siendo acosadas, estos son pequeños grupos de cristianos que se reúnen en viviendas privadas y no siguen las directrices del gobierno en asuntos religiosos. También se ha incrementado el número de arrestos y expulsiones de misioneros cristianos, sin hablar de las injerencias cometidas por el gobierno a la hora de nombrar obispos.
Como vemos China no ha aprovechado la oportunidad para mejorar y sigue siendo un país donde no se vive humanamente, no deberían celebrarse unas olimpiadas en un país como este.
La imagen que ilustra esta entrada del Grimorio son cinco esposas entrelazadas por sus cadenas simulando los aros olilmpicos. El cartel fue exhibido por primera vez el pasado lunes por miembros de Resporteros sin Fronteras en la sede de los Juegos Olímpicos de Beiging-Pekín, al mismo tiempo que exigían la liberación de ciberdisidentes, periodistas y presos por militar en favor de la libertad de expresión.
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