jueves, 6 de marzo de 2008

Felicidades monseñor


En primer lugar quiero felicitar a monseñor Rouco Varela. Es la elección adecuada para los tiempos que vive la Iglesia española actualmente. El cardenal Rouco es de los que tienen las ideas muy claras, y de los que saben con quién se la juega cuando se trata de política. Los pastores de la Iglesia en principio no son políticos, afortunadamente, desde la Revolución Francesa quedó muy claro el asunto de la separación Iglesia-Estado y la Iglesia se ha beneficiado con ello ya que se ha dedicado a los asuntos de la fe que es lo que en principio nos interesa, pero ocurre que muchas veces es el Estado quien comete el grave pecado de la ingerencia en los asuntos de la Iglesia, en ocasiones, más que promulgar perpetra leyes que, en aparente beneficio para una minoría, atenta contra los derechos y deberes de la persona, si no atenta directamente contra derechos fundamentales como el derecho a la vida, el derecho a la educación o a la libertad de culto. Es en esas ocasiones cuando los fieles necesitamos un hombre capaz de meterse en el barro de la política y defendernos de esta clase política que nos hemos dado porque no hay otra pero que no nos la merecemos. El nombramiento de Rouco es el adecuado, de eso estoy seguro, para muestra no hay más que ver las criticas que está recibiendo, son más feroces cuanto mayor es la indigencia mental de quien las vocea. Ya hace mucho tiempo que aprendí que los grandes hombres reciben grandes insultos de los pequeños hombres.
Llamazares ha dicho: "no es una buena noticia para el país porque la jerarquía eclesiástica seguirá pretendiendo que su moral dogmática se imponga a la moral ciudadana". Y digo yo: la moral dogmática no existe, lo que existe es la moral católica, y la moral ciudadana tampoco existe, no todos los ciudadanos tenemos la misma moral, o.... lo que se le escapa a este señor de encefalograma plano es que los católicos no somos ciudadanos.
Carmen Chacón dijo que el nombramiento "no es una buena noticia ni para la sociedad ni para Cataluña", al ser la "palpable demostración de la radicalización de parte de la Iglesia católica española". Y digo yo: qué tendrá que ver Rouco con Cataluña, qué habrá dicho o hecho Rouco contra esa mitad de catalanes que se empeñan en caer mal a todo el mundo excepto a ellos mismos. Y lo de radicalizar la Iglesia... ¿no será autodefensa?
Emilio Pérez Touriño, deseó "éxito en su responsabilidad" a Rouco Varela, aunque también aprovechó para pedir a los obispos que "recuperen el sentido y los Evangelios” y digo yo: ¿Habrá leído este señor algo parecido a un Evangelio? ¿Sabrá lo que es un Evangelio? ¿A qué se refiere con que los obispos deben recuperar el Evangelio? ¿Quizás es que no nos pasamos la vida estudiando los Evangelios?
Si estas personas critican así al cardenal Rouco, no me cabe ninguna duda de que la decisión de la Conferencia Episcopal es la más adecuada. Todos sabemos que muchas veces no estamos de acuerdo con las decisiones de los jefes y muchas veces las criticamos, pero en ciertos momentos de dificultad un determinado tipo de jefe es lo que hace falta. En España no nos podemos permitir el lujo de una jerarquía amable y blandita, ya que lo que se busca no es la mejora, sino la supervivencia. Los cristianos de base, que trabajan y colaboran en encomiables obras junto con párrocos, como digo yo “majos”, no tienen que preocuparse, al contrario, tienen un jefe que luchará por mantener la educación religiosa en su sitio y que luchará por defender la financiación que nos permite seguir trabajando en las parroquias y seguir siendo Iglesia.
En fin que el cardenal Rouco es el apropiado para una Iglesia atacada, porque ya veremos cómo va a tratar Zapatero a la Iglesia en un futuro si gana el próximo domingo, da la impresión de que el laicismo, la aconfesionalidad, se convierte en anticonfesionalidad, quizás en anticatolicismo, porque el resto de confesiones cristianas no tienen ningún problema, y no digamos los musulmanes... para los que todo son mimos, arrumacos. España tiene y tendrá el gobierno que ella misma se busca y la Iglesia española, esta vez, tiene lo que necesita.

No hay comentarios: