Con el permiso de mi hermano de fe Fr. Manuel Ángel Maestro, OP, traigo al grimorio un trocito de vida dominicana. Y es que como dice Fr Manuel Ángel son muchas la maneras de predicar, es decir, de acercar y de comunicar el Evangelio a la gente. También nos recuerda una tradición que sitúa a nuestro fundador Santo Domingo de Guzmán dialogando con un tabernero una noche en el sur de Francia. Este hecho nos sirve para hablar de la taberna como lugar de predicación.
El primer lugar que cita Fr. Manuel Ángel es el Blackfriars Pub en Bélgica. Este lugar esta en el Timothy Radcliffe International College, un colegio internacional nacido del partenariado entre Alain Siaens, antiguo profesor de la Universidad Católica de Lovaina, la Orden de los Dominicos y la fundación Patria. Su objetivo es ayudar a la formación de estudiantes universitarios del mundo entero en la búsqueda del sentido de la vida. Nos recuerda Fr. Manuel Ángel que el pub se llama Blackfriars, nombre con el que se conoce a los dominicos en el Reino Unido, ya que es al más puro estilo inglés. El Blackfriars Pub está abierto al público en general, favorece el contacto entre alumnos y profesores y programa conferencias sobre temas culturales, sociales y religiosos.
El segundo lugar del que nos habla Fr. Manuel Ángel en http://iniciativas.dominicos.org/ es La Cave del 222 en París, fundada en 1997 con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud en las bodegas del Convento Dominicano de la Anunciación en el 222 de Faubourg Saint-Honoré. Un simpático lugar que demuestra que no es incompatible ser cristiano y disfrutar de la vida, al tiempo que surge una conversación en la que se arregla en mundo con una pinta de cerveza en la mano hasta las primeras horas de la madrugada. Impulsado por un grupo de jóvenes y un fraile dominico. La Cave del 222 abre todos los viernes por la tarde a las ocho y media, y al igual que en el Blackfriars Pub, organiza conferencias y actos culturales.
En definifiva, dos lugares donde es posible la conversación, la tertulia, el diálogo. Dos lugares donde se puede hablar de lo divino y de lo humano líbremente y con esperanza. Dos lugares donde, más que nunca, está Dios en medio de mundo.
Fr. Manuel Ángel en su artículo menciona el caso de el obispo de Friburgo, que iba una vez por semana a un café a dialogar y compartir un rato de charla con la gente. ¿No sería bonito que aquí en España, país donde abundan los cafés, pubs, bares o bodegas, los dominicos, tanto frailes como laicos ofreciéramos lugares parecidos al Blackfriars Pub o La Cave del 222, donde a la vez de compartir una cerveza, se comparta la vida y se acerque a Dios a aquellos que no van a buscarlo?
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