Políticos

Ap 13,7 dice, refiriéndose a las bestias que reciben el poder de la serpiente antigua, Satanás: "...se le dio poder sobre toda tribu y pueblo, lengua y nación"

Satanás lanza su ataque por medio de bestias a las que comunica su poder, estas bestias representan los poderes históricos que han encarnado el mal, y se muestran en el poder político. El anticristo no es ningún niño con mirada revirada y una mancha en la cabeza, ni Bill Gates. La bestia es el poder político ejercido sin atender a la Verdad. Es un poder que actúa en todo el mundo y sólo los que reconocen a Cristo son capaces de no adorar a las bestias. Hay una segunda bestia, en Ap 13, 12 dice: "Ejerce en su presencia todo el poder de la primera bestia, y hace que la tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia...". Son las fuerzas que defienden, justifican y propagan la deificación del poder político. Se trata del falso profeta. Miles de hombres y mujeres seducidos que inconscientemente trabajan a favor de la bestia.

El hombre mismo es un gran problema. Los hombres buscan el mal y luego se quejan. Los hombres en sus relaciones mutuas no respetan las leyes que ellos mismos se dan, violan mutuamente sus derechos, no cumplen sus deberes y cometen toda clase de abusos. Los hombres tienden a odiarse y matarse entre sí. Podemos ver aquí el tercer caballo del Apocalipsis. La violencia, la injusticia, la muerte con todos sus males se presentan como fuerzas que se han desencadenado salvajemente en nuestra historia. Los motivos para el mal no se explican pero la imagen de los caballos indican una serie de realidades superiores a nuestra posibilidad de verificación, aunque por debajo de la trancendencia divina. Son hechos que nos afectan de cerca, que se sufren, pero cuyo sentido pleno y definitivo se nos escapa. Satanás actúa entrando en la historia humana y se insinúa especialmente en aquellas realidades que dan el tono a la vida de los demás, son las estructuras y los centros de poder.