viernes, 23 de mayo de 2008

Cristianos comunes


Erasmo de Rotterdam, escribió que un gobernante que consume su tiempo en orar en lugar de administrar convenientemente los negocios no es un verdadero cristiano. Todo cristiano está llamado a la perfección cristiana, y ese ideal hay que perseguirlo precisamente en el ambiente en que Dios ha colocado a cada uno”. Erasmo, cuyas ideas fueron consideradas “protestantizantes”, por utilizar una palabra del P. Laboa, quería purificar el cristianismo de todos los añadidos que lo enturbiaban. El cristiano debe ser libre para utilizar sus capacidades y ejercer sus derechos, y tiene la necesidad de formarse adecuadamente. El cristiano común debe revalorizarse a sí mismo, debe utilizar todos sus recursos en busca de la justicia y la verdad. Muchos teólogos han escrito sobre los laicos, sobre su excelencia y sobre su importancia, pero a pesar de todo, el cristiano común, el laico, comprueba que es poca cosa en la vida de la Iglesia. Todavía se puede encontrar algún obispo y no pocos sacerdotes con una cierta prevención ante un laico que pide comprometerse, o ante un grupo de laicos organizados en un movimiento o en una fraternidad. El laico no está en la Iglesia, él también es Iglesia. Como dice el Vaticano II, el laico no participa del ministerio del Obispo sino del ministerio sacerdotal y profético de Cristo, el deber y el derecho del seglar al apostolado deriva de su misma unión con Cristo. Todos colaboramos con todos, nadie es superior a otros, el laico tiene un papel propio y muy importante, la importancia del ministerio del presbítero, del sacerdote, no tiene que restar importancia al ministerio propio del laico, ni tiene porqué acaparar ministerios y oficios que pueden parecer sólo propios de clérigos. Como decía Erasmo de Rotterdam al principio de este artículo, hay que perseguir el ideal cristiano en el ambiente en el que te ha colocado Dios.

2 comentarios:

Marcos Emiliano Mesa dijo...

Te he dejado un premio en mi blog, pasa a buscarlo.
La paz del señor te acompañe

JORGE dijo...

Hola,

Excelente blog,

Sobre este artículo, vale la palabra de Dios cuando nos dice que somos del mundo, aunque no le pertenecemos.

Gracias y bendiciones