Mons. Erwin Krautler, Obispo de Xingu, Mons. José Luiz Azcona Hermoso de Marajó; y Mons. Flavio Giovenale, Obispo de Abaetetuba, son tres obispos brasileños amenazados de muerte estos días. Los tres ejercen su ministerio en el Estado de Pará, al noroeste del país amazónico. Desde el mes pasado, un consorcio de hacendados y leñadores ofreció 500.000 dólares por la muerte de Monseñor Krautler por defender a los indígenas y protestar contra el apoderamiento de tierras, la esclavitud y la destrucción de la selva tropical. Monseñor Krautler ya estaba bajo protección policial desde 2007. Monseñor Hermoso, navarro de nacimiento, también se ha opuesto contra los devoradores de tierra. Y a monseñor Giovenale no le perdonan su denuncia el año pasado del encarcelamiento de una mujer adolescente en una misma celda con varios hombres en Abaetuba. La denuncias del obispo sirvieron para que la chica fuera liberada y los funcionarios de policía responsables fueran suspendidos.Se da la circunstancia de que en 2005 ya fue asesinada en ese mismo Estado de Pará la monja norteamericana Dorothy Stang por los mismos hacendados que ahora amenazan al los tres obispos. La Conferencia Episcopal Brasileña ha expresado su solidaridad con los prelados amenazados. “En Cristo somos uno solo con ellos y con las personas que ellos defienden: los pueblos indígenas, las mujeres, los niños y adolescentes, que son víctimas de explotación sexual, tráfico de seres humanos y consumo descontrolado de drogas".
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