jueves, 7 de febrero de 2008

Adelante, Señor Obispo


Hoy no hablo yo, habla José Ignacio Munilla, obispo de Palencia, el obispo más joven de España y gran amigo de mi hermano de fe Iñaki y con el que no puedo estar más de acuerdo.
Tras recordar que la virulentas reacciones están en consonancia con la reacciones que tuvieron lugar tras la concentración de las familias el 30 de diciembre, anima a la lectura directa del documento, cosa a la que yo también me uno.
Dice José Ignacio Munilla:
“Ya sabemos que estamos en una sociedad muy plural, y que cada vez es más difícil esperar que los principios morales que propone la Iglesia vayan a ser objeto de un consenso generalizado. Pero, más allá de la pluralidad de pensamiento, me parece muy significativa la diferencia tan notable de talante, entre la forma de expresarse de los obispos y la de la mayoría de sus críticos.” Dice el documento episcopal “Respetamos a quienes ven las cosas de otra manera. Sólo pedimos libertad y respeto para proponer libremente nuestra manera de ver las cosas, sin que nadie se sienta amenazado ni nuestra intervención sea interpretada como una ofensa o como un peligro para la libertad de los demás. Deseamos colaborar sinceramente en el enriquecimiento espiritual de nuestra sociedad, en la consolidación de la auténtica tolerancia y de la convivencia en el mutuo respeto, la libertad y la justicia, como fundamento imprescindible de la paz verdadera”. Ojalá nuestros políticos escriban en la agenda esta frase y la lean todas las mañanas con intención de cumplirla. Al contrario, lo que se responde son amenazas e insultos. Continua el Obispo Munilla “Es totalmente falso que la Iglesia Católica haya entrado en campaña electoral. Los obispos no han hecho sino ofrecer a los católicos cerca de cuarenta criterios morales, que les sirvan como orientación antes de decidir libremente su voto. Los principales han sido: respeto a toda vida humana desde su concepción hasta su muerte natural, tutela jurídica del matrimonio, apoyo a la familia en su derecho de educar moralmente a sus hijos, firmeza ante el chantaje terrorista, distinción entre la sana laicidad y el laicismo, moderación de los nacionalismos, atención especial a los inmigrantes, vivienda accesible para todos, respeto a la naturaleza, colaboración con el desarrollo internacional de los pueblos, defensa de la mujer discriminada y humillada, lucha contra la esclavitud de las redes de prostitución, denuncia de las diferencias injustas entre personas y comunidades autónomas, etc.” ¿Quién en su sano juicio no está de acuerdo con esto?
José Ignacio Munilla recuerda, para que luego se nos acuse de favorecer a un partido en concreto que “ninguno de los partidos políticos con representación parlamentaria en España cumple la totalidad de las orientaciones morales señaladas por la doctrina católica.... Vivimos inmersos en un ambiente de acoso a la Conferencia Episcopal Española. En los momentos actuales, un obispo se lo tiene que pensar mucho antes de atreverse a hablar en público. Una de las mayores tentaciones que tiene que vencer es la del miedo, ya que cualquiera de sus palabras puede ser sacada de contexto y extrapolada por unos medios de comunicación mayoritariamente imbuidos de la cultura secularizada, laicista y anticlerical. En la práctica, el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la libertad religiosa están en peligro.”
Como decía al principio, hoy no hablo yo, habla el Obispo de Palencia Jose Ignacio Munilla, con quien no puedo estar más de acuerdo...
Y es que de Palencia no puede salir nada malo.

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