viernes, 5 de diciembre de 2008

Andaluces


Un profesor argelino ha pedido al Rey la identificación y condena de quienes expulsaron a los musulmanes de Al-Andalus, según recoge ABC. También llama a regresar a Andalucía y exige un parte de los ingresos por visitas a mezquitas. (http://www.libertaddigital.com/sociedad/un-intelectual-argelino-exige-al-rey-que-pida-perdon-a-los-musulmanes-por-la-expulsion-de-al-andalus-1276344901/)
Fue en julio del año 711 cuando los musulmanes, pactando con Vitiza que traicionó a la monarquía hispanovisigoda, entraron “a saco” en la Península. La victoria definitiva de los musulmanes fue en Guadalete y en apenas cinco años ciudades tan importantes para la cristiandad como Sevilla, Córdoba. Mérida o Toledo capitulaban. En julio del año 711 los antepasados de este profesor argelino “INVADIERON” Hispania sin preguntar cuál eran los derechos históricos de nuestros antepasados hispanovisigodos. Aunque nuestra progresía quiera ocultarlo, o quizás, no lo sabe… es que estas tierras ya eran cristianas mucho antes de que el profeta Mahoma crease el Islam.
En Toledo, en el año 587, se escenificó de manera oficial lo que ya era un hecho desde hacía siglos, el pueblo visigodo se convertía oficialmente al cristianismo en la persona del rey Recaredo. No hace falta decir, o sí… que los hispanorromanos ya eran cristianos desde el s. II, o quizás antes sin hacemos caso de las tradiciones que sitúan al mismísimo San Pablo predicando en Hispania. Durante esos años, hasta el 711, el reino hispanovisigodo pasaba una auténtica edad de oro, se estaba muy por encima, en todos los órdenes, de los demás pueblos europeos. Hasta el 711, una impresionante nómina de figuras de la cultura, la teología o la filosofía brillaron con luz propia. Mientras que en el resto de Europa se vivía en una edad oscura, en nuestras ciudades vivían personas como San Leandro, San Ildefonso o San Isidoro, sin duda el personaje más espectacular de su tiempo. Estos escritores, teólogos y filósofos produjeron tratados doctrinales, enciclopedias, crónicas, biografías, epistolarios… La Hispania de antes del 711 no era la Hispania oscura que nos quieren hacer creer.
La Basílica visigótica de San Vicente Mártir, el templo cristiano más importante de Córdoba, edificado en el s.V fue destruido por el emir omeya Abderramán I, entre el 780 y el 785, para construir la Mezquita. Se sabe por la arqueología que los musulmanes aprovecharon al máximo la ordenación del antiguo templo. Parece ser que el famoso bosque de columnas ya existía en tiempos de la Basílica cristiana, digo esto por las voces que claman el origen árabe de la Mezquita-Catedral de Córdoba. Mi amada Granada, centro de todas las miradas musulmanas, y tierra de mis antepasados, tampoco se libra de la trifulca. Que sepan ustedes que antes de la joya andalusí que es la Alhambra ya había una fortaleza hispano romana en esa misma colina. Granada no es un invento árabe, no, ya en el año 60 de nuestra era ya se conocía un asentamiento romano, y antes de él, uno ibérico. No sólo eso, sino que en el año 300, se celebró allí el primer Concilio de la Iglesia Hispanovisigoda. Granada no se llamaba entonces Granada, se la conocía como Lliberis.
No olvidemos que antes de la invasión árabe, sí, “invasión”, España, “Hispania”, ya existía. ¿Debemos pedir la revisión histórica para la España visigótica?. Los andaluces somos también hijos de los tartesos, de los griegos, de los fenicios, de los cartagineses, de los argáricos, de los turdetanos, de los alanos, de los bizantinos, de los romanos, de los visigodos, de los castellanos… La historia de Andalucía no se agota en lo andalusí, ni en la RE-conquista. Pensemos en Andalucía como un presente y un futuro, y no tanto como un pasado “romántico” y de dudosa existencia, creado por la pluma de escritores como Washington Irvin que llenaron el paisaje andaluz de princesas moras, infaustos cristianos y bandoleros al puro estilo “Robin Hood”, nada más lejos de la realidad. Y ni mucho menos debemos tomar en serio los exabruptos de estos profesores de Argelia, porque ya puestos, ¿Habría que devolverle el Acueducto de Segovia y el Teatro de Mérida al alcalde de Roma.?
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