lunes, 7 de julio de 2008

La Cruz de John Prakash


Hay varias noticias esta mañana que podrían ser comentadas. No son buenas noticias. Que Lord Philips of Worth Matravers, máxima autoridad judicial en Inglaterra se haya mostrado partidario de que algunos principios de la Sharia o Ley islámica se apliquen en algunos aspectos del sistema legal británico no me parece una buena noticia. No es más que un ejemplo de dirigentes indignos que llevan a una sociedad al suicidio, un ejemplo de cómo una civilización como la occidental ha elegido la desaparición. Tampoco me parece una buena noticia la agresividad que muestra el PSOE en su camino hacia la laicidad. Sus enmiendas en su XXXVII Congreso Federal, de las que ya he hablado anteriormente, suponen una vuelta de tuerca más en su postura beligerante contra la Iglesia. Según puedo leer en los diarios electrónicos, la ponencia marco se mueve en un ámbito de lo políticamente correcto, en lo amable y en lo que está de moda, como es el cambio climático, la globalización económica o las iniciativas a favor de la igualdad. Pero lo que realmente esconde esta cara amable es aborto, eutanasia, o la revisión de los acuerdos con la Santa Sede. Con todo esto hay una noticia aun peor, John Prakash, un sacerdote salesiano de 62 años de edad, fue asesinado la madrugada del pasado 1 de julio en el sur de Nepal. Según el Vaticano los asesinos serían un grupo de extremistas hindúes.
Hay un viejo refrán que dice, “Sangre de mártires, semilla de cristianos”. Esto se ha cumplido desde el martirio de San Esteban, poco después de la muerte y resurrección de Jesús, hasta hoy mismo. Olvidamos que los cristianos son el grupo humano más perseguido en el mundo. Jesús nos dijo “Mirad que yo os envió como ovejas en medio de lobos” y “Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros”. Los cristianos somos los herederos y seguidores del Crucificado, no hay seguimiento de Jesús sin cruz. Seguir a Cristo tiene un precio que pagar. Enseñar, anunciar o simplemente seguir el Evangelio es, muchas veces, causa de persecución y malos tratos, todo depende del continente en que se encuentre el cristiano. Si el cristiano vive en Asia, será asesinado, si el cristiano vive en Europa, se le eliminará su condición de ciudadano respetable y además se silenciará la muerte del cristiano en Asia. Dios bendiga a la gran familia salesiana.

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